No había amanecido
todavía en Madrid en la mañana del viernes 12 de octubre, cuando los autocares
ya ponían rumbo a la carretera de Andalucía Libre, llevando a más de un
centenar de personas, trabajadoras y estudiantes procedentes de barrios y
pueblos como Hortaleza, Barajas, Vallekas, Leganés, Carabanchel, Moratalaz,
Retiro, etc. Los había de todas las edades, con grupos de niños y niñas,
adolescentes, jóvenes y menos jóvenes, de tal manera que entre el más joven y
el más mayor les separaban más de 80 años. Y variada era también la ideología o
afiliación de las personas que acudimos con el objetivo común de la
solidaridad.
Todos juntos
acudían a la convocatoria de asambleas de trabajadores de barrios y pueblos de
Madrid, solidarios con la ocupación que un grupo de jornaleros del Sindicato
Andaluz de Trabajadores (SAT) mantienen en la finca Somonte desde el mes de
marzo.
Tras la emotiva llegada,
con besos, abrazos y lágrimas, y la degustación de un sabroso guiso que nos
tenían preparado, celebramos una breve pero intensa asamblea informativa, que
fue seguida de una visita por la finca para conocer el fruto del trabajo de más
de medio año para poner en cultivo una tierra rica pero abandonada por la Junta
de Andalucía.
Una avería tenía
sin luz a Somonte y otros pueblos de la zona, lo que sirvió para conocer un
poco más las dificultades añadidas que se viven en las zonas rurales.
El sábado por la mañana
realizamos una visita a la finca el Humoso, ocupada años atrás por los
jornaleros de Marinaleda, y que con sus luchas por conseguir la tierra y el
agua, han hecho realidad la utopía de un pueblo con pleno empleo y servicios
asequibles y de calidad para todos sus vecinos. Allí recibimos el saludo
cariñoso de Juan Manuel Sánchez Gordillo, y desde allí nos trasladamos a
Marinaleda.
Ya de vuelta a
Somonte, degustamos una paella y la tarde fue empleada en la plantación de dos
centenares de olivos, en una parte nueva de la finca puesta en explotación.
Tras la cena de productos de la misma tierra que nos albergaba, tuvimos el
privilegio de escuchar a José María Carrillo, alma y compositor del grupo Gente
del Pueblo, que nos puso los pelos de punta, pues sus letras llegan al corazón
del pueblo, sea este andaluz, madrileño o de cualquier parte del mundo. La
noche la pasamos con protección de la benemérita, que no nos quitó el ojo de
encima en toda la estancia
La mañana del domingo 14
hubo faena para todos: Recolecta de pimientos, limpieza del parque, riego,
acondicionamiento de un camino y limpieza de piedras de una nueva zona para
cultivo.
La última comida fueron
unas migas extremeñas, tras lo que nos hicimos la foto colectiva, y pasamos el
amargo trago de las despedidas.
Junto al magnífico
ambiente de compañerismo que se respiró en todo momento, no faltaron las
canciones revolucionarias y tradicionales. Orgullosos de haber contribuido con
nuestras manos y nuestra importante aportación económica a la utopía en Somonte, emprendimos rumbo a los barrios
y pueblos, donde nos queda el trabajo de difusión de lo que allí hemos conocido
y vivido, y el lugar donde tenemos que seguir sembrando la utopía de la
liberación social, la misma que las jornaleras y jornaleros andaluces están
construyendo en Somonte y otros lugares.
La solidaridad,
cuando es sincera, siempre es recíproca. El viaje solidario nos ha cargado de
energía mutuamente. En Somonte tienen cada vez más apoyos, y Madrid, sus
barrios populares, va recuperando poco a poco aquel espíritu combativo y
solidario que le caracterizó en importantes momentos de la historia.
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